Este poema no es una despedida, es mi forma de sobrellevar su ausencia: ¡los amo!
"Mata su luz un fuego abandonado.
Sube su canto un pájaro enamorado.
Tantas criaturas ávidas en mi silencio
y esta pequeña lluvia que me acompaña".
(Alejandra Pizarnik).
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