miércoles, 6 de enero de 2016

BUSCANDO A LA OTRA MUJER.

     Alguna vez Jacques Lacan dijo (siguiendo a Picasso) “Yo no busco, encuentro”. Mientras que el escritor mexicano Jaime Sabines nos pone de manifiesto que los amorosos buscan, aunque su corazón les dicte que nunca habrán de encontrar. ¿A quién le hacemos caso? ¿Al psicoanalista o al poeta? La poesía va más allá de los límites del lenguaje puesto que excede lo simbólico. Lacan llegó a decir que él no era lo suficientemente poeta como para expresar la sexualidad femenina. ¿Le haremos caso entonces al poeta? Sí, yo buscaré. Más no le hagamos caso del todo, ya que mi corazón me dice que sí habré de encontrar. Pero no seamos injustos con Lacan, y mejor hagámosle justicia haciendo una poética del psicoanálisis.

     Lacan ha dicho que L/a mujer es no-toda. Poéticamente podemos decir entonces que la mujer es la que está en el verso y a la vez la que no está, puesto que es la que excede el lenguaje, la Antígona irreductible al goce fálico.

     Mario Benedetti recomienda hacer una pausa de vez en cuanto, contemplarnos a nosotros mismos sin la fruición cotidiana, examinar el pasado, y no llorarse las mentiras, sino cantarse las verdades. Hoy mi verdad, en la etapa actual de mi vida, es encontrar a la otra mujer: ¡la que no está en el verso! ¿Me acompañan en esta aventura por lo inhóspito?... Pienso que quizás encontrar a la otra mujer requiere de cierta locura y ciertos movimientos dialécticos por las vidas de los otros, viajes a veces astrales por senderos inverosímiles, caminos pletóricos en pasión y embriaguez dionisiaca. Mi decisión es comenzar a buscar por caminos del espejo, guiándonos por algunos poemas que nos ayuden a tener referencias, porque cabe decir que L/a mujer está en el verso, más no toda, por eso iré a la búsqueda de la otra mujer que también soy.

     ¿Yo estoy seguirá que la encontraré? Y tú ¿la encontraras o te quedarás en el camino?...

     Periódicamente iré publicando los avances en el camino hacia su encuentro. Iré siguiéndole el rastro a su verdad que insinúa envuelta en sus velos. ¿Quién se atreve a buscarla?... ¿Quién logrará encontrarla?...

Musa
(Albert Vargas).


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