y se pierde entre la maleza
entonces en un gesto de amor hacia ella
hay que encontrarla
para que ella siga buscando sin extraviarse en el intento
hasta que pueda perderse en el ser del otro
como acto de amor violento.
Ella busca,
pero su corazón le dice que sí habrá de encontrar
el laberinto de la mente la conduce a su aporía existencial
quién será aquel que le tienda la mano
en un gesto de amor humano demasiado humano.
Ella se pierde en un instante que congela el devenir
pero lo que ella quiere es lo que fundan los poetas
en la apertura al misterio del amor
ella mujer amorosa habrá de advenir.
Aunque no siempre entiende lo que le pasa
sus culpas y sus fracasos
en cambio encuentra en los brazos del otro su asidero
y su razón de ser y de andar por el mundo entero.
Quien de verdad la ama
soporta todo por ella
y le ilumina la esperanza
en un tiempo de amor en un bello claro,
porque el suyo es un tiempo iluminado.
(Andrea García).
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