“No por ello deja
de haber en la empresa asesina de Hitler algo que es irreductible. Este
irreductible no debe servir para relativizar los crímenes, sino para trazar el
límite he ahí, hasta dónde puede llegar el hombre, el hombre nazi que actuaba
en nombre de sus propios valores”.
“Ir hasta ese
lugar del que nadie regresa”.
“Los cuerpos trastornados
de angustia”.
“Los estalinianos
o los hitlerianos han sido ante todo fabricantes de una cantidad inconciliable
de sufrimiento humano, por encima de las peores pesadillas en los siglos de los
siglos”.
“El proyecto de
enseñar la realidad de los campos y de la Shoah es indispensable para mantener
la memoria, única pero débil oportunidad que tenemos de protegernos contra el
regreso del horror”.
“Es necesario
también integrar en la consciencia el acontecimiento histórico, en un nivel que
podríamos llamar, a falta de una denominación, la inteligencia del corazón. Es un
trabajo terriblemente desafiante. No es sino en la ardiente convicción del
deber de memoria como puede uno lanzarse a semejante prueba y pensar que es necesario
el imponérselas a otros, sean adultos o, con más prudencia todavía, niños”.
“Es necesario la
imaginación del sufrimiento de los otros. Éste sólo es posible con tiempo, con
gravedad, con recogimiento. Una emoción dominada puede permitir tocar la
conciencia profunda de la gente y abrir a una comprensión capaz de producir compasión”.
“La Shoah sí tuvo
lugar, está probada por la ausencia de judíos que vivían en Europa. Se ven
deshabitados los barrios judíos, las casas, la sinagogas, los cementerios, etc.”
“En los años
treinta, el antisemitismo se vanalizó. Los más grandes escritores pudieron
entregarse a los peores desenfrenos de odio, los diarios pudieron publicar los
peores insultos, las peores infamias, sin provocar protestas importantes. No se
pude encontrar una situación semejante contra ningún otro grupo humano como
contra los judíos considerados colectivamente”.
“No hay ninguna necesidad
de pruebas para demostrar que el mundo yiddish en Europa del Este desapareció
basta con abrir los ojos”.
“¿Cómo puede uno
realmente, cultivar su jardín en la tierra de Auschwitz?”.
“Hace falta
conocimientos históricos, pero también una cultura y un pensamiento humanista”.
“cuentan el
sufrimiento de los niños, los llantos, la angustia, el desorden, la soledad y
el amontonamiento”.
“Auschwitz ha
sido posible. Por tanto, Auschwitz es todavía posible. El deber de memoria intenta
rechazar lo más lejos posible esta posibilidad”.
“Destruir a los
hombres es destrozar los sentimientos humanos más elementales. Los hombres han
sido separados de su familia, a la llegada a Lager. `Así desaparecieron en un instante, a traición, nuestras
mujeres, nuestros padres, nuestros hijos. Casi nadie tuvo tiempo de decirles
adiós. Los percibimos un momento todavía, semejantes a una masa obscura al otro
lado del andén, luego ya no vimos nada´. Al principio, los hombres no dejan
de inquietarse por sus mujeres y sus hijos. En particular el ingeniero Aldo
Levi de Milán. Había logrado obtener agua tibia, extraída de la reserva de la
locomotora por un mecánico alemán. Había hecho así tomar un baño a su hijita,
Emilia `una niña curiosa, ambiciosa,
alegre, inteligente´. Emilia desapareció en la noche de Auschwitz. `Así murió la pequeña Emilia, de tres años
de edad, tan evidente era a los ojos de los alemanes la necesidad histórica de
matar a los hijos de los judíos´. Algunas semanas después, gracias al
ingenio de un camarada que puedo obtener un suplemento de sopa, los prisioneros
están en mejores disposiciones y son entonces `capaces de pensar en (sus) madres
y en (sus) mujeres, lo que de ordinario nunca (les) ocurre´. Es una simple constatación: el
extremo sufrimiento físico recubre el extremo sufrimiento moral: `pues la naturaleza humana está hecha de tal
modo que las penas y los sufrimientos experimentados simultáneamente no se
adicionan totalmente en nuestra sensibilidad, sino que se disimulan los unos
detrás de los otros en orden decreciente según las leyes conocidas de la
perspectiva. Mecanismo providencial que hace posible nuestra vida en el campo´.
Emilia ya ha dejado la memoria de los vivos”.
“La escritura es
el único medio para escapar al infierno, o para retrasar su dominio: he ahí […]
el dolor de acordarse, el sufrimiento
desgarrador de sentirse hombre, que me muerde como un perro en el instante en
el que mi conciencia emerge de la obscuridad. Entonces tomo mi lápiz y mi
cuaderno, y escribo lo que no podría decirle a nadie´”.
“El Lager destruye las bases mismas de la
sociedad humana que quiere, como dice Antelme, que `cuando un hombre está en peligro, todos los demás deben tratar de
salvarlo´. Sin embargo, he aquí unos hombres a quienes nosotros no les
hemos hecho ningún mal y que desean sin embargo nuestra propia muerte. `Cada vez que estamos frente a un SS […]
sabemos que él desea nuestra muerte´”.
“El Lager y los torturadores de todos los
tiempos y de todos los países destruyen aquello que sería un primer objetivo
pedagógico: confiar en el mundo. Jean Améry y Primo Levi muestran que cuando
esta confianza se pierde, no vuelve nunca y hunde a la víctima en una situación
sin salida. El justo experimenta ante la falta cometida `la vergüenza que los alemanes ignoran´. Es atormentado por la idea
de que esta falta `existe, [de] que ha
sido introducida irrevocablemente en el universo´. En la conferencia citada
más arriba, Philippe Meirieu decía que quien no tien el sentimiento de la
irreversibilidad de la más pequeña humillación `no comprende nada de lo humano. […] Es lo que hace a la educación
terriblemente difícil´. El primer acto pedagógico es la mirada que da confianza,
la mirada que es signo de que una humanidad tiene confianza en otra humanidad.
Es la mirada, dice todavía Meirieu `que
ayuda a crecer´.
“En un bello
artículo publicado por la revista Ètudes,
Giusi Baldissone, profesor de la Universidad de Turín, escribe que hay un `infierno´ de los hombres de la segunda
mitad del siglo XX `que no está
constituido de erótica y curiosa, sino
de los horrores de los campos nazis. Asomamos a ese asunto, por medio de los
escritos de un testigo, implica salir de ahí con una sensación de horror en la
memoria. Y el escritor que se ha vuelto grande conduciendo hasta ahí nuestra
mirada sigue estando, en cierto modo, envuelto también él en el horror… Primo
Levi, se podría decir, se ha liberado encerrándonos en el horror´”.
“Para trata de
cumplir con el deber de memoria, para vislumbrar el horror y saber cómo no volver
jamás a él, lo mejor que podemos hacer es conducir a los alumnos, en soledad y
en recogimiento, sin la esperanza tranquilizadora y fácil de ningún consuelo, a
la lectura de Levi y de Lanzmann. Hay que poder hacerlo en primer lugar en la
escuela”.
“Yannis
Thanassekos escribe en ese mismo tenor: `Educar
contra el principio de Auschwitz sería […] descubrir, acorralar en nosotros
mismos y en todas las prácticas sociales, las múltiples manifestaciones e
infiltraciones […] (que desgracian) a
los otros y a nosotros mismo de manera imperceptible e insidiosa. […] Nosotros
vivimos siempre en contextos de vida en los cuales Auschwitz ha sido posible´”.
“Hay que ser
claros, Auschwitz el campo de concentración, representa `por excelencia´ la
inhumanidad. Los campos de exterminio y la construcción de las cámaras de gas,
mataderos para seres humanos como nunca se había visto en toda la historia de
la humanidad, están más allá de la inhumanidad. La Shoah sigue siendo
incomparable e irreductible: no se trata de eso aquí”.
“¿Cómo hablar de
lo que hicieron los nazis? ¿Podemos `historicizar´ el nacionalsocialismo? ¿Es
posible, como se pregunta Jan Kershaw, `ocuparse
de la época nazi de la misma manera en la que nos ocupamos de otros periodos
del pasodo´? ¿Cómo hablar con `precisión
y objetividad de un sistema de gobierno que ha producido el horror en su estado
puro´? Y todavía más, ¿cómo hablar de ese mismo horror?”.
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