Siguiendo el
pensamiento de Slavoj Zizek, podemos decir que la ideología posee un trasfondo
fantasmático: es una fantasía que oculta el horror a lo Real.
Nuestro objetivo
es hacer de las letras de este blog algo no ideológico, ya que nuestra tesis es
que pensar es pensar en libertad, por tanto, el pensar no debe ser ideológico
ya que si es pensar auténtico, no es ideológico. Lo que puede hacer el pensar
es pensar la ideología, develar sus características para vivir en acto a la
otra mujer, no “vivirla” ideológicamente, lo cual no es vivirla. De ahí que
leer no augura salir de estos atolladeros, leer y analizarse en un diván nos
lleva a un pensamiento libre, y de ahí a lo incognoscible: ¡a la otra mujer!
Pero se trata de un análisis verdadero. Paul Valéry dice de forma poética: “ignorar
en voz alta”, podemos pensar así el psicoanálisis: dejarse llevar por el
sin-sentido y el desconocimiento de uno mismo, para llegar a conocerse a fondo,
lo más que se pueda. En cambio, racionalizar ideológicamente te llevaría a
hablar en voz alta para desconocer, aun hablando con base en la teoría psicoanalítica
(o cualquier otro saber). Un análisis real da lugar a la verdad. Por tanto, racionalizar
no es pensar. Trascender la ideología implica pensar poéticamente el ser
verdadero.
¿Podremos
encontrar a la otra mujer o será un desencuentro ideológico?...
De la serie "Manantial".
Belarmino Miranda Montoya.
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