jueves, 14 de abril de 2016

EL SER DEL PORTERO ABIERTO.

Se rompe el silencio con el silbato del árbitro
y el grito inicial del encuentro despierta el tambor de la justa batalla
Hasta Artaud diría que este encuentro no es un teatro con su doble
y el rugido de aliento al equipo es un canto abierto
y el amor por la playera no depende de la batalla con medalla
¿Quién es quien mira allá afuera y ve un gesto puro y noble?...
Mirada limpias libres de la aporía de la rivalidad moderna
y esperar en un silencio activo hablando con tus voces
Es poco el tiempo que tienes el balón ¿qué haces el resto del partido?
también estás jugando, tu función es mirarlo no-todo
y nunca creer que lo puedes ver todo, aunque tengas todo que ver en este juego
y desde ahí des opciones para crear las jugadas que son todo un arte.
Y tú sabes que aguardas la entrada al acecho
la velocidad de tu cuerpo te hace entrar en acción
y deberás llegar con precisión
deconstruyendo la cancha hasta que tu equipo y tú logren meter un gol
mientras tú evitas la caída en la nada
pero si te caes, te levantas, a tiempo que la vida no espera.
Y te atreves a jugar en los linderos de lo inverosímil
abierto a las posibilidades del ser que escapan al calculo y al azar
y no hay razón que pueda dar cuenta de ello
La brisa en el rostro, mese tus cabellos alborotados al viento
Y soñar la jugada, pensar, imaginarla, amarla, crearla y vivirla más allá del fin
dispuesto a recostar la dulzura del pasto que te recibe sin lamentos
Y dispuesto a salir al encuentro del balón haciendo la sujeción en el punto exacto
¿Qué tan incierta es la jugada que es verdadera?...
Y leer y descifrar el juego con inteligencia y sentido táctico
y tocar el balón con la firmeza y sensibilidad del amor violento
y afuero los tréboles y las margaritas
¿y adentro? También.
Y la realidad de este juego es lo real del cuerpo abierto
¿Quién podrá saber cuál es la esencia del juego?...
Pero en la cancha el imposible no existe
la danza de los cuerpos poéticos baila al ritmo de cada sueño
pero la vida no es sueño, por eso el portero está despierto o no es portero
aunque vuele dormido sobre una alfombra de hierba
vuela en realidad despierto
despierto a los sueños con los que mueve el mundo, el balón
y ese instante de eternidad de estar en el aire
sólo es posible vivirlo de forma poética
¡que se subleve la sangre porque el portero vuela!
Y cae viviendo su muerte y muriendo su vida
para renacer infinito en un poema.








No hay comentarios.:

Publicar un comentario