En primer lugar
entreno porque me gusta. En segundo lugar entreno para ser mejor porque tengo
un compromiso con mi equipo y conmigo misma. El compromiso de ser mejor portera
es para aportar al equipo tanto como sea posible. Pero dicho compromiso no lo
veo como una carga, sino que lo vivo de forma ligera y lo asumo gustosa. Una
portera debe brindar seguridad, infundir confianza, alentar a las compañeras,
orientarlas con un buen sentido táctico, esto es: con inteligencia de juego. En
ese sentido debo ser garantía para mi equipo, lo cual no quiere decir que sea
perfecta, sino que trato de no cometer errores y así brindar el mejor juego posible
y hasta imposible, ya que algo hermoso del futbol es que, como en la Ileada y
la Odisea, los porteros y las porteras, cuando somos los héroes del partido,
podemos escribir historias épicas. Todo lo anterior se logra entrenando de
forma intensa y muy consciente, exigiéndote al máximo y dejando el alma en cada
ejercicio. Por ello me gusta entrenar de forma integral: prepararme técnica,
táctica, física y psicologicamente. Y hasta saber que también hay que estar
preparados para lo inesperado. También para eso entreno, para responder con
solvencia a las jugadas que están fuera de lo que comúnmente puede pasar. Y
finalmente, quiero agregar que yo adopté una importante premisa que tome como
una filosofía de vida: cuando se ha alcanzado el máximo perfeccionamiento, sólo
los mediocres no se preocupan por el sentido estético. Es decir: también
entrenaba para hacer mis movimientos más bellos. En sí, el deporte ha
contribuido potencialmente a mi formación integral, y ha mejorado mi calidad de
vida de forma notoria. Ha enriquecido mi alma dejándome profundas e intensas
vivencias que han marcado mi vida para siempre, y vivirán en mi memoria como un
hermoso recuerdo. Y algo de lo más bello que el deporte me ha dejado son las
amistades. Por lo que en general podría decir que yo entrené para ser no sólo
mejor portera, sino mejor persona. Si soy apasionada, soñadora, intempestiva, entregada,
de metas elevadas, y de firmeza, ímpetu, tenacidad y carácter para lograrlas, es
porque entrené lo más comprometida e intensamente que pude.
Finalizo con esta frase de un autor anónimo:
"Cuando entrenas todo te duele
pero cuando ganas dices:
valió la pena".
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