Desde que entré a la carrera de pedagogía, leí a Eduardo Nicol: "La idea del hombre", inevitable no pensar nuestro ser. Fue así como me dí a la tarea de pensar el ser de este hombre en la pedagogía. Más en lo personal soy una mujer ética, y estoy advertida de los avatares del inconsciente, así que, pienso que subvertir el sujeto pedagógico como sujeto autarquico, plenamente presente a sí mismo, y cuyos pensamientos serían transparentes, es parte de la tarea del pensar en educación, porque el sujeto pedagógico es el sujeto del inconsciente, aun en distintas epistemes.
Muchos asocian un orden deontológico a la pedagogía, más en tanto normatividad o deber ser, esto es discurso del amo, no un educación como práctica de la libertad. Por tanto, hacer del discurso universitario una praxis de liberación, implica un ethos distinto al orden deontológico.
En los próximos meses, si el capitalismo y sus servidores lo permiten, y sino, lo lograré subvirtiendoles su perversión, escribiré una ética como estatuto del inconsciente cuando éste es la política, en tanto la educación es un acto político de liberación, haciendo del discurso universitario una praxis de libertad. Lo cual lo lograré desde un acto subjetivante que cambie la fantasmatica del sujeto en educación, y de ahí nuestro pensar, hacer y omitir.
En lo personal, parto de la ética del psicoanálisis resolviendo este tópico:
"Quiero decir que no solo no faltan candidatos, sino tampoco gente que recibe el sello, que está autorizada para educar. Esto no quiere decir que tengan la más mínima idead de lo que significa educar. La gente no se da muy bien cuenta de lo que pretende hacer cuando educa. Se esfuerza, sin embargo, por tener una vaga idea, pero raramente reflexiona sobre el tema..
El signo de que hay, pese a todo, algo capaz de inquietarlos por lo menos de vez en cuando es que suelen ser víctimas de una cosa muy particular que solo los analista conocen verdaderamente bien, a saber, la angustia. Son presas de la angustia cuando piensas en lo que significa educar. Existen un montón de remedios contra la angustia, en particular cierto número de `concepciones del hombre´, de lo que es el hombre. Aunque nadie se dé cuenta, la concepción de que puede tenerse del hombre varía enormemente.
Hace muy poco tiempo me interesé en una muy buen libro que se relaciona con la educación, una compilación dirigida por Jean Château, que era alumno de Alain. Aún no lo terminé. Al leer esta libre sensacional que empieza con Platón y sigue con algunos pedagogos, se percibe que lo que constituye el transfondo de la educación es cierta idea de lo que se necesita para hacer hombres -como si fuera la educación lo que los hiciera-
A decir verdad, no es obligatorio que el hombre sea educado, ya que él realiza su educación solo. De una manera u otra, se educa. Hace falta que aprenda algo, que sude la gota gorda, y los educadores son personas que creen poder ayudarlo. Piensan incluso que hay un mínimo para dar a fin de que los hombres sean hombres, y que esto pasa por la educación. No están en absoluto errados: se necesita, en efecto, cierta educación para que los hombres lleguen a soportarse entre sí
En relación con esto, está el analista".
(Jacques Lacan).
Y dada la atrocidad e nuestros tiempos, he decidido, no de hoy, sino de ciertos ayeres, resolver el problema del sujeto pedagógico pensando la idea del hombre, lo cual no es un camino incauto, sino que representa una ética radical. Seguimos caminando hacia Otro sujeto y Otro humanismo, tal y como lo pensé, y todas y todos estamos convocados a pensar la cuestión, ¡pero sin plagio eh! ja.
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