lunes, 28 de noviembre de 2016

PENELOPE. (Diego Torres).

Penelope,
con su bolso de piel marrón,
y sus zapatos de tacón
y su vestido de domingo
Penelope,
se sienta en un banco del andén
y espera que llegue el primer tren
meneando el abanico

Dicen en el pueblo que un caminante
paró su reloj una tarde de primavera,
adiós amor mío no me llores volveré,
antes que de los sauces caigan las hojas

Piensa en mí volveré por ti
pobre infeliz se paró su reloj infantil
una tarde plomiza de abril cuando se fue su amante
se marchitó en su huerto hasta la última flor,
no hay ni un sauce en la calle mayor para Penelope

Penelope, triste esa fuerza de esperar
sus ojos parecen brillar si un tren silba a lo lejos
Penelope uno tras otro los ve pasar
mira sus caras les oye hablar, para ella son muñecos

Dicen en el pueblo que el caminante volvió,
la encontró en su banco de pino verde,
la llamó Penelope mi amante fiel mi paz
deja ya de tejer sueños en tu mente

Mírame soy tu amor regresé,
le sonrió con los ojos llenitos de ayer
no era así su cara ni su piel no eres quien yo espero
y se quedó con su bolso de piel marrón
y sus zapatitos de tacón sentada en la estación
ohohh sentada en la estación







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