viernes, 15 de julio de 2016

LA POIESIS PRODUCE EL AMOR.

     ¿Cuál es el misterio del amor?...

     Citaré dos párrafos de Lacan de su seminario sobre la transferencia:

     "Esa mano que se tiende hacia el fruto, hacia la rosa, hacia el leño que de pronto de enciende, su gesto de alcanzar, de atraer, de atizar, es estrechamente solidario de la maduración del fruto, de la belleza de la flor, de la llamarada del leño. Pero cuando en ese movimiento de alcanzar, de atraer, de atizar, la mano ha ido ya hacia el objeto lo bastante lejos, si del fruto, de la flor, del leño, surge entonces una mano que se acerca al encuentro de esa mano que es la tuya y que es este momento, es tu mano que queda fijada en la plenitud cerrada del fruto, abierta de la flor, en la explosión de una mano que se enciende -entonces, lo que ahí se produce es el amor.

     Es conveniente no detenerse en este punto todavía y decir que al otro lado hay amor, o sea, el tuyo, cuando eres tú quien al principio era el eromenos, el objeto amado y, de pronto, te conviertes en el erastes, el que desea. Vean lo que quiero recalcar mediante este mito. Todo mito se relaciona con lo inexplicable de lo real, y siempre es inexplicable que algo responda al deseo".



     ¡El amor es inexplicable!

     Más para llegar al instante exacto de lo inexplicable es necesario explicar muchas cosas. Y por tanto escribiré un artículo psicoanalítico imposible: explicaré el misterio del amor en mi experiencia de libertad. Plantearé mi concepción antimimetica del amor, y cómo es que por el contrario, la poiesis produce el amor. Escribiré desde las aperturas la imposibilidad.

     Hasta entonces.



Daniel: llega lejos con tu mano, que te espera la mía, y de la metáfora haremos analogía: 
¡haremos el amor con la intempestividad de nuestros sexos!

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